Naciendo gracias a las erupciones volcánicas, todos conocemos ese archipiélago del Atlántico que recibe el nombre de Islas Canarias. Por ello, esta vez queremos dar a conocer un poco más una de estas siete islas, en concreto Fuerteventura, nuestro primer rincón isleño singular y considerada por la UNESCO como Reserva Mundial de la Biosfera en mayo de 2009. Cabe mencionar que la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura no supone más restricciones de las previamente existentes, dado que su zonificación se ha diseñado según la distribución de otras figuras de protección terrestres y marinas previamente designadas al amparo de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos o de la Red Natura 2000, entre otras. Además, posee un total de 13 espacios protegidos de diferentes grados de protección.

Mapa de las Islas Canarias (Foto: Mysid©).
Es la isla más antigua del archipiélago, con unos 30 millones de años aproximadamente. De formación volcánica, aún se observan algunos malpaíses (accidentes del relieve caracterizado por la presencia de rocas poco erosionadas que tiene lugar únicamente en entornos volcánicos) a pesar de la ausencia de volcanes o campos de lava activos. También es la más árida y una de las más planas debido a la erosión, ya que hace millones de años había grandes volcanes similares al Teide, actualmenteel Pico de la Zarza el más alto de la isla con 807 metros en su punto de mayor altitud.

Situación geográfica de las Islas Canarias.
La cercanía de las islas con el trópico de Cáncer, la costa africana y su ubicación en medio del océano Atlántico, hace que el clima sea subtropical. Si hablamos más en concreto de Fuerteventura, cabe destacar las escasas precipitaciones y la temperatura media de 20ºC, todo ello influenciado en gran medida por los vientos secos del desierto del Sahara.
En la naturaleza, una de las razones por las que surgen nuevas especies es el aislamiento genético, el cual puede ser debido a diversos factores. Uno de ellos es el aislamiento geográfico de una población definida debido al surgimiento de una barrera; esta puede cortar el flujo de genes entre los miembros de la población, lo que se denomina especiación alopátrica. La biodiversidad de la isla, debido a su formación volcánica, depende en gran medida de las especies con gran capacidad de dispersión y migración, así como su valor para el hombre, ya que este ayuda en gran medida a la capacidad dispersora de algunas especies, de manera voluntaria o involuntaria. El tiempo y la gran barrera geográfica que supone el mar para muchas especies, hace que la especiación cobre sentido en la isla y por ello podamos observar gran numero de subespecies y endemismos propios de estos entornos.
Todos los factores previamente citados, influyen en gran medida en la gran biodiversidad de flora y fauna de la isla, siendo en su mayoría seres vivos adaptados a condiciones desérticas o semidesérticas. Comenzando por la flora, hay que decir que, a pesar de no ser muy abundante, Fuerteventura es una región con un gran número de endemismos florísticos. Parte de la vegetación es compartida con otros archipiélagos atlánticos como las Islas Azores o Madeira, y se denomina región Macaronésica. En tema de endemismos, las Islas Canarias poseen más de 500 especies, entre ellos taginastes, siemprevivas, bejeques, veroles, cerrajas, lechugones, etc… Algunos de estos endemismos pueden hallarse en todas o en varias de las islas, como el Cardón (Euphorbia canariensis), el Pino canario (Pinus canariensis) y la Palma (Phoenix canariensis).
Si nos centramos un poco más en Fuerteventura, el endemismo más característico y más importante debido a su gran nivel de amenaza y su reducido número de individuos es el Taginaste de Jandía (Echium handiense). Una especie de arbusto de hasta 1 metro de altura, endémico de la península de Jandía, y que se distribuye por las cumbres de la isla majorera. La Magarza o Margarita de Jandía (Argyranthemum winteri) es otra especie endémica de la isla, presente también en la parte más alta de los riscos de Jandía, y se encuentra considerada como en estado crítico de conservación según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Junto con las dos especies anteriormente citadas, el Cardón canario (Euphorbia canariensis). Está presente en la zona del Monumento Natural de la Montaña Cardones, en zonas de barrancos de la vertiente suroriental y en la zona de Cofete, siendo estos últimos los más imponentes de Canarias. Dentro de la península de Jandía se encuentra otra especie de cardón endémico de Fuerteventura, el Cardón de Jandía (Euphorbia handiensis).
En cuestiones de fauna, la isla cuenta con numerosos endemismos y subespecies tanto de origen acuático como terrestre, como por ejemplo el Guirre majorero o Alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis), el Perenquén majorero (Tarentola angustimentalis) o el Burro majorero (Equus africanus asinus), todos ellos propios solamente de Fuerteventura.

Lapa majorera (Patella candei). Foto: Rogelio Herrera©
Comenzando un poco por lo menos habitual, antiguamente Fuerteventura contaban con un gran número de especies de lapas, pero la tradición marisquera y los cambios en el agua hicieron mella en estas poblaciones reduciendo su número a cuatro especies: Lapa negra (Patella tenuis crenata), Lapa blanca (Patella ulyssiponensis), Lapa curvina (Patella piperata) y Lapa majorera (Patella candei), esta última está incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias como en peligro de extinción. La regulación del marisqueo está regulado en el BOC del 11 de mayo de 2011, y acuña una serie de medidas que se toman para mejorar la situación de la Lapa majorera y evitar así su desaparición.

Perenquén majorero (Tarentola angustimentalis)
Otro grupo de fauna presente en la isla son los reptiles, en su mayoría lagartijas, pero el más representativo es el Perenquén majorero (Tarentola angustimentalis). Este pequeño geconoideo de ámbitos nocturnos puede encontrarse en toda la isla, prefiriendo zonas cercanas a las construcciones humanas para poder alimentarse de insectos y de sus larvas. Por suerte esta especie no se encuentra en peligro de extinción.
En cuanto a los mamíferos, cabe destacar la presencia del Conejo común (Oryctolagus cuniculus) y la Ardilla moruna (Atlantoxerus getulus), esta última introducida de forma accidental como animal de compañía en 1965 y ahora se encuentra ampliamente distribuida por toda la isla. De los mamíferos, el más representativo sería el Burro majorero (Equus africanus asinus), este es el único representante en las islas de la familia de los equinos. Fue introducido en el siglo XV y se fue adaptando a las condiciones de la isla llegando a considerarse una subespecie propia y formando grupos de vida salvaje, sobre todo en la zona de Morro Jable. Las citas indican que se criaron salvajes en los montes y causaron un gran daño a los campesinos que habitaban la isla. Desde el año 1997 constan como raza oficialmente reconocida en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España (Real Decreto 1682/1997; BOE del 7 de noviembre de 1997).

Burro majorero (Equus africanus asinus). Foto: SOO©
Con respecto a la avifauna cuenta con una gran cantidad de especies: Garza real (Ardea cinerea), Garceta común (Egretta garcetta), Cigüeñuela común (Himantopus himantopus), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis). La cercanía con el continente africano hace que los días de mucho viento haya la posibilidad de ver especies de este continente. Dentro de las propias de Canarias que podemos encontrar en la isla destacamos algunas como el Halcón taragote (Falco pelegrinoides), la Tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), el Guirre majorero o Alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis) o el Herrerillo majorero (Cyanistes teneriffae degener).
El Cuervo canario (Corvus corax canariensis) es una subespecie del Cuervo grande (Corvus corax), presente en todas las islas e islotes del archipiélago. Es un ave oportunista, que se alimenta de prácticamente cualquier cosa, siendo principalmente omnívora y carroñera. A pesar de ello, debido al deterioro y transformación continua de las islas se ha producido un retroceso de la especie, llegando a situarla como en peligro crítico por el gobierno canario.

Cuervo canario (Corvus corax canariensis). Foto: A. Acedo©
La Avutarda hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae) es una subespecie endémica de Fuerteventura y Lanzarote (incluyendo el islote de Lobos y la Graciosa). Es el ave de mayor tamaño del archipiélago y junto con el Cardón de Jandía el símbolo de Fuerteventura. Esta catalogada como especie en peligro de extinción según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Avutarda hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae). Foto: Frank Vassen©
El Guirre majorero o Alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis) es el único carroñero puro de la isla contribuyendo a la limpieza y disminución de la contaminación de las zonas donde habita. Antaño estaba presente en todas las islas, en la actualidad se reduce su distribución a Fuerteventura y un par de parejas en Lanzarote. En la cultura propia de la isla el guirre es un animal con un trasfondo muy importante creyendo que proporciona buena fortuna. Debido a los tendidos eléctricos y los envenenamientos lo posicionan como en peligro crítico por la UICN. La importancia de esta especie llevó al cabildo de Fuerteventura a realizar una serie de medidas que comenzaron con la puesta en marcha de un Proyecto Life para su estudio y protección entre los años 2004 y 2008, en la actualidad se trabaja en un nuevo proyecto en el que no sólo beneficie al guirre, sino a otras especies puedan verse beneficiadas, así como su ecosistema.

Guirre majorero o Alimoche común (Neophron percnopterus majorensis). Foto: Juan José Ramos / Birding Canarias©
También es la zona de cría de una especie en partircular: la Pardela cenicienta (Calonectris diomedea), más en concreto la subespecie borealis (Calonectris diomedea borealis), esta se encuentra presente en el Libro Rojo de las aves de España y como vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Por suerte el cabildo de Fuerteventura es consciente de la importancia de la especie y tiene un plan de gestión que, con ayuda ciudadana, pretende mejorar las zonas de cría afectadas por el crecimiento de los complejos hoteleros en la costa. Estas medidas se pueden consultar en el siguiente enlace.
Sabiendo que aún quedan muchas especies tanto de flora como de fauna en el tintero, es más que evidente la gran riqueza que se encuentra en este rincón isleño singular, así como la importancia de las acciones del hombre dentro de estos pequeños y frágiles lugares aislados por diferentes barreras llamados islas y que deberíamos proteger, ante todo, por su valor y por la gran cantidad de endemismos que nos arriesgamos a perder por nuestras acciones en el medio natural.

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus dacotiae). Foto: Kasiakasia©