La Marjal dels Moros: un oasis entre el mar y la montaña

Entre los municipios de Sagunto y de Puzol, en la comarca de L’Horta Nord (Valencia), se encuentra el rincón singular que os traemos hoy en esta entrada, conocido como la Marjal dels Moros, un espacio natural idílico para la flora y la fauna de la zona.

La Marjal dels Moros, con sus 620 ha de superficie, pertenece a la Red Natura 2000 gracias a las figuras de protección europeas que sustenta: Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Además, también tiene otras figuras de protección a nivel autonómico, como la de Zona Húmeda del Catálogo Valenciano de Zonas Húmedas, diferentes Microrreservas de Flora y varias Reservas de Fauna. Además, cuenta con la presencia del Centro de Educación Ambiental de la Comunidad Valenciana (CEACV).

El acceso a este espacio natural protegido se encuentra en Puzol, en la zona de Puzol playa. Desde ahí comienza un sendero que transcurre entre la playa y las pequeñas lagunas que se forman por la acumulación de agua en zonas donde la vegetación se abre. Los Cormoranes grandes se pueden observar volando sobre las lagunas o cerca de la playa y los Moritos comunes surcan los cielos con sus colores irisados. A los pocos metros del inicio se encuentra la primera torre de avistamiento en una de las lagunas más grandes que presente este paraje.

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Vistas desde la torre de avistamiento a la gran laguna

En ella se pueden observa diferentes especies de anátidas como Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Pato colorado (Netta rufinao Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), Calamón común (Porphyrio porphyrio) o Flamenco común (Phoenicopterus roseusfácilmente. También se pueden observar Zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis) Somormujos lavancos (Podiceps cristatus) sumergirse en busca de comida o Lavanderas blancas (Motacilla alba) en los bordes de la laguna. Entre las cañas que rodean la laguna siempre podemos encontrar Gallinetas comunes (Gallinula chloropus), Fochas comunes (Fulica atra) o ardeidas de todos los colores – Garza real (Ardea cinerea), Garceta común (Egretta garzetta) o Garcilla bueyera (Bubulcus ibis). En época estival nos pueden sorprender las majestuosas Garzas imperiales (Ardea purpurea) sobrevolando por encima de la laguna o los Avetorillos comunes (Ixobrychus minutus) y los Martinetes comunes (Nycticorax nycticorax) posados sobre las cañas, así como Fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida). Entre los carrizos y los juntos se escuchan los cantos del inconfundible Ruiseñor bastardo (Cettia cetti) y del pequeño Buitrón (Cisticola juncidis) y, durante el verano, el «torrat-torrat frechit-frechit» del Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus).

El camino avanza. Mientras tanto, numerosas gaviotas – Gaviota patiamarilla (Larus michahellis), Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), Gaviota de Audouin (Larus audouinii)– surcan los cielos por encima de las cabezas. Durante la época estival, Aviones comunes (Delichon urbicum), Golondrinas comunes (Hirundo rustica), Golondrinas dáuricas (Cecropis daurica), Vencejos comunes (Apus apus) y Vencejos pálidos (Apus pallidus) deleitan a los visitantes con sus giros y piruetas en el cielo. Al final de este tramo del recorrido encontramos una caseta de avistamiento nuevamente. La caseta se abre a una nueva laguna con numerosas islas, donde se pueden observar diferentes especies de anátidas durante el invierno, como el Cuchara común (Anas clypeata), Ánade friso (Mareca strepera) o el Cerceta común (Anas crecca), así como diferentes limícolas – Avefría europea (Vanellus vanellus) o Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula). Durante el verano esta pequeña isla se convierte en una guardería, ya que es utilizada por diferentes especies de charranes, como el Charrancito común (Sternula albifrons), Charrán patinegro (Sterna sandvicensis) y el Charrán común (Sterna hirundo), y diferentes limícolas – Canastera común (Glareola pratincola), Cigüeñuela común (Himantopus himantopus), Avoceta común (Recurvirostra avosetta) y Chorlitejo chico (Charadrius dubius) – para criar.

Siguiendo el camino pasamos a la zona norte de este espacio natural protegido. Dejamos de lado las lagunas costeras y nos adentramos en una zona con presencia de diferentes árboles y arbustos mediterráneos y zonas abiertas de cultivo, donde podemos disfrutar de diferentes especies de paseriformes y de aves rapaces. Durante todo el año se observan numerosas especies de fringílidosJilguero (Carduelis carduelis), Serín verdecillo (Serinus serinus), Verderón común (Chloris chloris) -, Tarabillas europeas (Saxicola rubicola) y Gorriones comunes (Passer domesticus), entre los paseriformes. Cernido en el cielo en busca de su presa nos puede sorprender el Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y, posado cerca de las pequeñas casas abandonadas, se puede observar al sigiloso Mochuelo europeo (Athene noctua). Durante el invierno son numerosos los paseriformes que se dejan ver por la zona – Mosquitero común (Phylloscopus collybita), Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) y Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) – y rapaces como el Águila calzada (Aquila pennata) o Aguiluchos laguneros-occidentales (Circus aeruginosus). El verano atrae a la zona a otras especies como la Tórtola europea (Streptopelia turtur), el Mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), el Papamoscas gris (Muscicapa striata) o el Abejaruco europeo (Merops apiaster).

A pesar de la importancia que tiene la Marjal dels Moros para la avifauna, el pasado mes de enero ocurrió una gran catástrofe ambiental cuando se detectó y se propagó un brutal incendio que quemó gran parte de la superficie de este espacio natural protegido. Sin embargo, la naturaleza ha ido abriéndose paso con el tiempo: ya han brotado las numerosas cañas y las aves han vuelto a este maravilloso enclave a reproducirse y a llenarlo de vida.

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